jueves, 10 de mayo de 2012

Terminal? Si, si. Es la terminal de Pergamino

Recorriendo la Terminal de Pergamino, un sábado por la tarde, hubo algo que realmente me sorprendió. Todo era calmo, poca gente, nadie hablaba, los ruidos habituales de colectivos, remises…pero nada hacía sobresaltarme.


Comencé mi recorrida, y vi algunos locales cerrados, otros abiertos. Ya sabía a dónde quería ir, no tenía dudas, lo había pensado desde que me encomendaron la tarea de realizar este relevamiento. Me encontré con la señora que esperaba encontrarme y comencé a pedirle su opinión sobre el estado de la terminal, cómo había cambiado, si es que lo había hecho.

Podría decirse que la opinión de la mujer era políticamente correcta, la veía bien, no había cambiado mucho desde unos años hasta ahora, no tenía mucho que decir ni de la administración anterior (comandada por Hugo Di Gangui), ni de la actual (Daniel Godachevivh). Luego la charla derivó en otros derroteros, casualidades de la vida (la nieta de la señora es comunicadora social). Decidí seguir buscando opiniones dentro de la terminal.

Pasé por un locutorio y la mujer que me atendió me dijo que la veía mejor que antes que estaban haciendo arreglos, que sucedía como en todos los cambios; cuando asumen siempre entran con ganas de hacer cosas. Claro, tendríamos que evaluar más adelante si esas ganas continúan con el mismo énfasis que ahora. La señora continúa con su opinión y me da un dato interesante, los baños necesitan una reparación urgente.

Y hacia allí fui. En la terminal hay cuatro baños, dos para mujeres y dos para hombres, distribuidos en los extremos del edificio. Entre al baño de las mujeres y se me acercó una señora, la encargada del mismo, quien me mostró las instalaciones. Recorrimos el baño, y vi que no se correspondía el estado de los baños con su limpieza. Eso fue lo que realmente me sorprendió. Uno siempre se imagina a los baños públicos sucios. Estos no, pero las cañerías están rotas, los inodoros pierden agua, las puertas despintadas, las luces no andan. Pero esto no es lo más sorprendente, sino que son los propios encargados de los baños los que compran los elementos, los productos de limpieza, el papel higiénico, el jabón. Es importante resaltar, también, que no son empleados del municipio, sino que viven de la propina que le deja la gente. La mujer me decía que ni siquiera tienen una pensión, sólo uno de los encargados del baño de hombres consiguió hace un mes una.

La principal queja de los encargados de los baños es que con el nuevo administrador no se puede hablar, no recorre las instalaciones como lo hacía Di Gangui, y aquel que habla, los amenaza con que los va a echar y va a traer empleados del municipio.

Asi están las cosas en nuestra terminal, y parece que el actual administrador no tiene muchas respuestas para dar respecto a los proyectos, obras o trabajos que van a realizar.

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